SAN VALENTÍN MALDITO...

¿Por qué cuando queremos aprender a patinar
esperamos que nos enseñe nuestro padre?
si en la vida lo ha hecho.

¿Por qué no nos fiamos de los expertos?,
y nos dejamos aconsejar
por aquellos que no conocen del tema,
¿Por qué?

¿Por qué decimos que a cada caída somos más fuertes?,
si a día de hoy me sigo raspando las rodillas
cada vez que beso el suelo
y no es porque lo haga pocas veces.


¿Por qué decimos que estamos incompletos?
que tenemos que encontrar a nuestra
media naranja,
si normalmente las convertimos en zumo.


Todos los solteros del mundo
odiando a los que están emparejados,
en este 14 de febrero maldito.


Te digo lo que quieres oír
sin ti no puedo vivir,
mentir,
es la forma más eficaz de sobrevivir,
fingir,
un principio básico del ser humano,
cuando no es capaz de encontrar su propia mano.


No sé si soy la única que sigue insistiendo
o la única que sigue existiendo,
lo que sé es que me estoy muriendo.


Prefiero rasparme las rodillas
por besar al suelo cada dos por tres,
que partirme el corazón
por besar a idiotas en cada esquina
que aún no tiene grabada nuestro nombre,
prometerte la eternidad en un puente de Venecia
que derrumbaremos,
de todos los candados que colgaremos.


Llenaremos las calles
de llaves de amores que han perdido
la que abre la puerta de emergencia,
y que se han hundido
porque se habían creído
que jamás les haría falta.


Léeme un segundo
estoy perdida en este mundo
buscando a un vagabundo
que me diga por qué me hundo,
si yo sé nadar,
si aún no he aprendido a amar.

No es que no te quiera,
es que prefiero estar sola
a que alguien me hiera.

Lo siento,
se que te estoy haciendo sufrir
pero prefiero eso
que quedarme sin ese beso,
y no saber vivir.

Voy a esperar a que llueva,
para que borre nuestro nombre de aquel candado,
que cerramos en Roma cuando creímos estar enamorados.